sábado, 25 de agosto de 2012

DIOS CUIDA DE MI

Dios cuida de mí

Tú, Dios mío, eres mi pastor; 
contigo nada me falta. 
Me haces descansar en verdes pastos, 
y para calmar mi sed 
me llevas a tranquilas aguas. 

Me das nuevas fuerzas 
y me guías por el mejor camino, 
porque así eres tú.

Puedo cruzar lugares peligrosos
y no tener miedo de nada,
porque tú eres mi pastor
y siempre estás a mi lado;
me guías por el buen camino
y me llenas de confianza.

Aunque se enojen mis enemigos,
tú me ofreces un banquete
y me llenas de felicidad;
¡me das un trato especial!
Estoy completamente seguro
de que tu bondad y tu amor
me acompañarán mientras yo viva,
y de que para siempre
viviré donde tú vives. Salmo 23

JESÚS SUPREMA AUTORIDAD

Un sábado, Jesús y sus discípulos andaban por un campo sembrado de trigo. Los discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comerse el grano. 
Cuando los fariseos vieron que los discípulos arrancaban trigo, le dijeron a Jesús: 
—¡Mira lo que hacen tus discípulos! ¡Está prohibido hacer eso en el día de descanso! 

Jesús les respondió: —¿No han leído en la Biblia lo que hizo el rey
David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? Entraron en la casa de Dios y comieron el pan sagrado. Ni a David ni a sus compañeros les estaba permitido comer ese pan. Sólo los sacerdotes podían comerlo. ¿Tampoco han leído los libros de la ley de Moisés? ¿No saben que los sacerdotes pueden trabajar en el templo en el día de descanso, sin que nadie los acuse de nada? Pues les aseguro que aquí hay algo más importante que el templo. Ustedes no entienden esto que Dios dijo: “No quiero que me sacrifiquen animales, sino que amen y ayuden a los demás”. Si lo entendieran, no estarían acusando a gente inocente.

Porque yo, el Hijo del hombre, soy quien decide lo que puede hacerse en el día de descanso, y lo que no puede hacerse. Mat 12:1-8

JESÚS LA LUZ DEL MUNDO

Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza. 
Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese
 mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. A dondequiera que vamos, todos pueden ver que sufrimos lo mismo que Cristo, y que por obedecerlo estamos siempre en peligro de muerte. Pero también pueden ver, por medio de nosotros, que Jesús tiene poder para dar vida a los muertos. 2Cor 4:6-11 TLA

ESTE ES MI JESÚS

Ese mismo día, Jesús y sus discípulos fueron a comer a casa de Mateo. Allí también estaban comiendo otros cobradores de impuestos y gente de mala fama.

Cuando algunos fariseos vieron a toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: 

—¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con pecadores? 

Jesús 
oyó lo que decían los fariseos y les dijo:

—Los que necesitan del médico son los enfermos, no los que están sanos.

Mejor vayan y traten de averiguar lo que Dios quiso decir con estas palabras: “Prefiero que sean compasivos con la gente, y no que me traigan ofrendas”. Yo vine a invitar a los pecadores para que sean mis discípulos, no a los que se creen buenos. Mat 9:10-13

viernes, 20 de enero de 2012

SEGUIDORES DE CRISTO

Queremos ser imitadores de Cristo?. Veamos entonces lo que El mismo nos enseña a través de su palabra:

Mateo 6:1-15
Dar
»Cuando ustedes hagan una buena acción, no lo anuncien por todos lados; de lo contrario, Dios su Padre no les dará ningún premio.

»Si alguno de ustedes ayuda a los pobres, no se ponga a publicarlo en las sinagogas ni en los lugares por donde pasa la gente; eso lo hacen los hipócritas, que quieren que la gente los alabe. Les aseguro que ese es el único premio que ustedes recibirán.

»Cuando alguno de ustedes ayude a los pobres, no se lo cuente a nadie.
Así esa ayuda se mantendrá en secreto, y Dios el Padre, que conoce ese secreto, les dará a ustedes su premio.

Jesús enseña a orar
»Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.

»Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto.

»Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso.
No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.

»Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro
que estás en el cielo:
Que todos reconozcan
que tú eres el verdadero Dios.

Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que viven
en la tierra te obedezcan,
como te obedecen
los que están en el cielo.

Danos la comida que necesitamos hoy.

Perdona el mal que hacemos,
así como nosotros perdonamos
a los que nos hacen mal.

Y cuando vengan las pruebas,
no permitas que ellas nos aparten de ti,
y líbranos del poder del diablo.”

»Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará a ustedes.
Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes.