viernes, 3 de junio de 2011

RENOVANDO NUESTRA MENTE

“Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón”. Heb 4:12  DHH

Cuando aceptamos al Señor en nuestro corazón, lo hacemos llenos de dolor y pena por el pecado que estuvimos viviendo lejos de su presencia. El llega a nuestra vida y en un abrir y cerrar de ojos, nos da una vida nueva y se olvida de todos nuestros pecados. Nuestra tarea de allí en adelante es luchar constantemente con los pensamientos de culpa que nos asedian. Pero el único que nos acusa es satanás. Zac 3:1  Me mostró al sumo sacerdote Josué,  el cual estaba delante del ángel de Jehová,  y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.

Nuestra batalla comienza en nuestra propia mente. Algo con lo que luchamos a través de los años, es con nuestros pensamientos. Efe 2:2-3  en los cuales anduvisteis en otro tiempo,  siguiendo la corriente de este mundo,  conforme al príncipe de la potestad del aire,  el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,  haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,  y éramos por naturaleza hijos de ira,  lo mismo que los demás.

La palabra de Dios transforma nuestro corazón y nuestros pensamientos si meditamos de día y de noche en ella Jua 15:7  Si permanecéis en mí,  y mis palabras permanecen en vosotros,  pedid todo lo que queréis,  y os será hecho. Dios nos promete que todo lo que pidamos nos lo dará, pero si permanecemos en El y en su palabra. Obviamente, Dios sabe que es la única manera de concedernos la peticiones del corazón, porque es un corazón renovado, lleno de amor, justicia, verdad, benignidad, bondad, templanza, el cual no se beneficiará solo para si mismo, si no también beneficiará a los demás.

Cuanto más te conozco, quiero saber más de tí
La manera de renovar nuestra mente es a través de la palabra de Dios. A medida que buscamos en su palabra la revelación de su Espíritu Santo para nuestra vida, vamos llenándonos de fortaleza, paz, gozo y fe. Por supuesto esto también va acompañado de nuestro tiempo a solas con El. Es como una relación de amistad o de pareja, a medida que pasamos tiempo con alguien, más adoptamos características de esa persona. Con más razón quisiera adoptar la mente de Cristo, la cual está escrita en la palabra de Dios y nos es revelada en la intimidad con El.

Esta es la única forma de cambiar nuestra manera de pensar y llevar sujetos nuestros pensamientos e intenciones a la obediencia en Cristo. 2Co 10:5  derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios,  y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

Cuando decimos que la palabra de Dios tiene vida y poder, es literalmente. No hay nada más poderoso a nuestro alcance que su palabra, tal como lo dice en Heb. 4:12, la palabra de Dios desnuda nuestra alma y somete a juicio nuestros pensamientos e intenciones. Esta es la espada para pelear la batalla, sin ella, estamos desarmados Efesios 6: 17.

Entonces amados, la palabra de Dios renueva nuestra mente, es nuestra espada para luchar la batalla a diario con nuestros pensamientos y el bombardeo que existe a nuestro alrededor, en los medios de comunicación, nuestro lugar de trabajo, amigos, etc. Por fe creemos que la Biblia es la palabra de Dios, revelada a nuestros hermanos en aquel tiempo, para que ahora sea nuestro manual de vida.

La fe trae revelación
Por fe, buscamos a Dios. Cuando lo hacemos de corazón, El lo sabe y trae revelación divina en su palabra a nuestras vidas para llenarlas aún de más fe y de su poder.. Heb 11:6  Pero sin fe es imposible agradar a Dios;  porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,  y que es galardonador de los que le buscan.

La fe no da cabida a la duda, la duda ofende a Dios. La fe y la palabra de Dios van de la mano ya que como lo dice su palabra: Rom 10:17  “Así que la fe es por el oír,  y el oír,  por la palabra de Dios”.

Estos versículos a continuación nos dan un panorama de lo que la fe significa en nuestro diario vivir: Rom 14:22-23  ¿Tienes tú fe?  Tenla para contigo delante de Dios.  Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come,  es condenado,  porque no lo hace con fe;  y todo lo que no proviene de fe,  es pecado.
Sin fe no hay palabra de Dios revelada, y sin la revelación de la palabra, no hay renovación de nuestra mente.

Dios les bendiga!!!

Jeannette Isaza



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